Las boquillas de combustible para motores a reacción impresas en 3D se utilizan en aplicaciones aeroespaciales. Estas boquillas están hechas de una sola pieza de metal, lo que reduce el peso y aumenta la durabilidad. La impresión 3D también permite diseños más complejos y eficientes, mejorando el consumo de combustible y reduciendo las emisiones.

La impresión 3D crea modelos quirúrgicos específicos para cada paciente a partir de datos de imágenes médicas. Estos modelos pueden ayudar a los cirujanos a planificar y simular procedimientos complejos, mejorar la precisión y la seguridad, y reducir el tiempo y los costos quirúrgicos.

Un ejemplo de impresión 3D en la fabricación de automóviles es la creación de piezas personalizadas para coches clásicos y modelos descatalogados. La impresión 3D puede ayudar a restaurar y preservar estos vehículos mediante la producción de piezas de repuesto que ya no están disponibles o que son demasiado caras de obtener.

La impresión 3D en la fabricación de moldes es el uso de moldes de arena impresos en 3D para la fundición de metales. Este método puede reducir el costo y el tiempo de fabricación de moldes de formas complejas, así como permitir la flexibilidad y personalización del diseño.

Mediante el uso del escaneo y la impresión 3D, podemos reproducir los detalles y texturas de los sitios originales, lo que permite a los visitantes experimentarlos sin dañar el patrimonio. Esto demuestra cómo la impresión 3D puede preservar y promover el patrimonio cultural inmaterial, como las tradiciones y los rituales orales.